viernes, 3 de diciembre de 2010

Hush

En algunas ocasiones nos quedamos en silencio porque tenemos tantas cosas que decir que a veces es mejor no decir nada, o por miedo a decir algo de lo que después puedas arrepentirte, miedo a la sinceridad a decir todo lo que piensas, a que los demás puedan juzgar tus sentimientos por ello.
Pero el silencio es un espacio vacío, algo donde todas las palabras que no queremos decir se guardan, donde se esconden los sentimientos. A veces esos pensamientos ocupan la mitad de tu tiempo, mañanas llenas de ilusiones, tardes repletas de recuerdos fascinantes. Y cuando no es así estos recuerdos hacen que deriven en noches de tristeza.
Mi estado de ánimo, mis ganas de sonreír, mi existencia, mi afán por saber que tú has cambiado el ritmo de mi vida. Los pensamientos que antes aparecían y renegaba ahora son los que aparecen inconscientemente. Son mucho mejores e incluso en ocasiones hacen que el tiempo se consuma cuando están en mi mente, involuntariamente aparecen y en un instante me trasladan con ellos y me pierdo durante varios minutos.
Estoy completamente segura de que la felicidad es lo que más abunda en mi vida ahora mismo. He conseguido lo que me he propuesto hasta ahora y lo único que me queda es luchar por lo que tengo, con las pequeñas dificultades que ello propone.
En ocasiones no es fácil, pero hay una única razón que me mantiene siempre con seguridad sobre mis propósitos.


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