miércoles, 16 de marzo de 2011

A veces se dice que las mujeres cuando somos amigas somos insoportables. Porque no nos separamos, nos volvemos 3.000 veces más cotillas y además siempre vamos juntas al baño. Pero, ¿qué es lo malo de todo esto? Nada. Porque ellas, a las que llamo amigas son las que han estado ahí desde que tengo uso de razón, con las que he ido a patinar en verano y con las que he jugado a las muñecas mientras llovía. Con las que me he peleado por saber que muñeca era la más bonita. A las que les he contado quien ha sido el primer chico que me ha gustado. Con las que me he enfadado y después de meses nos hemos vuelto a abrazar. Son ellas las que me escuchan mejor que nadie cuando tengo un problema y aunque no me apetezca hablar saben que me pasa algo. Siempre tienen soluciones y consejos. Y además son preciosas :). Puede ser que no se lo diga todos los días pero deberían saber que son increíblemente esenciales.

No se cuantas amigas tendré el resto de mi vida pero como mejores amigas las quiero a ellas siempre

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