lunes, 22 de noviembre de 2010

Sabes a zumo de naranja recién exprimido.

Estoy así tan bien. Con tus abrazos y tus besos, un día por la mañana, en mi cama. Tus dedos recorrían mi cuerpo y nuestros cuerpos no se separaban. Entraba luz por la ventana y por debajo de la puerta. Se podía ver la perfecta habitación por la tenue luz del televisor. Pero la habitación estaba en silencio, solamente nosotros le poníamos sonido. 
Me besabas, ME AMABAS.





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